¿Por qué mi hijo tose por la noche?
La tos es uno de los motivos más frecuentes de consulta pediátrica, sobre todo cuando aparece al caer la noche y lo cierto es que una vez aparece, no deja dormir a nadie en casa.
Lo primero que debemos saber es que la tos no es una enfermedad, sino un mecanismo de defensa natural del cuerpo.
Ahora bien, sepamos que no es lo mismo una tos de un resfriado común en el que tosemos paga eliminar el moco acumulado, que la tos de una laringitis que se produce por una inflamación de las cuerdas vocales lo que puede llegar a provocar un cuadro instructivo de la tos de una crisis de asma en la que tosemos porque hay un broncoespasmo; el bronquio ha estrechado la luz por la que se produce el intercambio gaseoso y ante la imposibilidad de expulsar todo el aire, tosemos. En este caso es un signo de dificultad respiratoria.
Por eso para identificar si es una tos catarral, laríngea o bronquial/pulmonar conviene que consultes con tu pediatra.
Hablemos ahora de los resfriados comunes y de esa tos tan molesta nocturna: Durante un resfriado común o una infección respiratoria de vías altas, el organismo utiliza la tos para expulsar el moco y limpiar las vías respiratorias. Por eso, aunque pueda sonar incómoda, la mayor parte de las ocasiones, la tos cumple una función: ayuda a eliminar las secreciones acumuladas en la vía aérea.
¿Debo darle un jarabe para la tos?
Esta es una de las preguntas más habituales en consulta. Y la respuesta, la mayoría de las veces, es no.
Los jarabes antitusivos no deben administrarse sin indicación médica. Es más, este tipo de fármacos no están aconsejados en la infancia; organismos internacionales como la FDA o la OMS desaconsejan los antitusivos y mucolíticos en niños menores de 6 años, debido a su falta de eficacia y a los posibles efectos adversos.
Además, no se recomienda el uso de codeína en menores de 12 años, según la Agencia Española del Medicamento.
No tratemos la tos: tratemos la causa
Cada tipo de tos tiene un origen diferente, y el tratamiento debe dirigirse precisamente a esa causa, ya sea una caída infecciosa (neumonía), obstructiva (bronquitis o crisis de asma) o inflamatoria (laringitis).
¿Qué hacer si tu hijo tiene un catarro y tose por la noche?
Cuando la tos no deja dormir, puedes seguir estas recomendaciones para aliviar la tos nocturna y mejorar el descanso:
- Mantén la habitación ventilada y con una temperatura entre 20-23º
- Humidifica el ambiente, sobre todo en invierno, para evitar que el aire reseco irrite e inflame la garganta.
- Realiza lavados nasales antes de dormir. Así se despejan las vías respiratorias y se reduce el goteo de moco hacia la garganta.
- Ofrece agua con frecuencia. La hidratación ayuda a calmar la tos y la irritación.
- La cucharadita de miel antes de dormir ha demostrado aliviar la tos durante 1-2 horas por el efecto emoliente que tiene en la garganta.
- Eleva la cabecera de la cama con un cojín o almohada. Eso favorece que el moco de nariz no gotee en la parte posterior de la garganta y favorece que respire mejor.
- Evita el humo del tabaco, los ambientadores fuertes o cualquier irritante.
- Sigue siempre las pautas del pediatra, si ha indicado tratamiento para asma, laringitis o bronquitis.
- Mucha paciencia. La mayoría de las toses infantiles son benignas y desaparecen solas con el paso de los días.
¿Cuándo consultar al pediatra?
Aunque la tos sea frecuente, hay señales que indican que debemos acudir al pediatra:
- Fiebre que dura más de 3–5 días.
- Dificultad para respirar o respiración acelerada
- Dolor de oídos o dolor en el pecho.
- Mocos espesos, malolientes o persistentes más de 10 días.
- Decaimiento o pérdida importante del apetito.
- O simplemente, si intuís que algo no va bien. Nadie conoce mejor a vuestro hijo que vosotros.
En resumen
La mayor parte de las veces la tos es un mecanismo de defensa natural cuando hablamos de catarros de vías altas. En situaciones de infecciones de vías bajas como pueden ser las bronquitis, bronquiolitis, crisis de asma y neumonía puede ser un signo de dificultad respiratoria.
No uses jarabes sin indicación médica: no son eficaces ni seguros en niños pequeños.
Trata la causa, no el síntoma.
Hidratación, lavados nasales y aire limpio son tus mejores aliados.
Consulta al pediatra si tu hijo presenta dificultad respiratoria, fiebre persistente o está decaído.
Dra. Lucía Galán Bertrand | Pediatra y Escritora
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Por tanto es vital saber qué tenemos que hacer en caso de fiebre, cuándo podemos estar tranquilos, cuándo consultar con nuestro pediatra y cuándo debemos acudir a urgencias…
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